Un despertar:
Nada
más despertar ya me noté diferente, mis manos estaban secas mi cara radiante y
mis ojos parecían calmados y bonitos, ni rastro del habitual sudor frío .Me
contemplé ante el espejo, ni arrugas, ni siquiera una pequeña verruga.
-
¿Qué
extraño?-pensé, rascando la parte superior de mi cabeza, que ahora estaba
poblada de cabello castaño almendrado.
Y en ese instante me desnudé y comprobé con
felicidad que me encontraba bien, ni un dolor ni un moratón ni un rasguño. El
asombro había dejado paso a la felicidad absoluta.
Fui
al armario y cogí mi ropa habitual pero
con una sonrisa descubrí que lo que ayer me era grande ahora me era ajustado. Recordé
que en un baúl tenia alguna prenda de “mis buenos tiempos” y me dispuse a
probármela.
Ya
vestida baje las escaleras corriendo
mientras pensaba:
-
¡Estoy
corriendo!-
Salí
al jardín y pude ver el sol que, al menos
para mí se había escondido. Y sin darme cuanta una lagrima se escapó de
mi ojo cayendo por mi mejilla, esta llorando, si lo admito lloraba, pero no de
tristeza como antes ahora era de felicidad .Por que sí, por que lo he
conseguido he superado la muerte, he vuelto ha nacer.